La movilidad y la flexibilidad son dos pilares fundamentales en cualquier programa de entrenamiento. No solo contribuyen a mejorar el rendimiento deportivo, sino que también ayudan a prevenir lesiones y a mantener la salud articular a lo largo del tiempo. Incorporar ejercicios específicos para desarrollar ambas capacidades puede marcar una gran diferencia en la calidad de movimiento y en el bienestar general.
¿Por qué es importante la movilidad en el entrenamiento?
La movilidad articular se refiere a la capacidad que tienen las articulaciones para moverse libremente a lo largo de su rango natural de movimiento. Mantener una buena movilidad permite ejecutar ejercicios con mayor eficacia, mejorar la postura y reducir el riesgo de sobrecargas musculares o lesiones.
Además, una adecuada movilidad contribuye a optimizar la técnica en disciplinas como el levantamiento de pesas, el yoga, el running o el entrenamiento funcional. Cuando una articulación se encuentra rígida o limitada, el cuerpo tiende a compensar con otras estructuras, lo que genera desequilibrios y tensiones innecesarias.
Por tanto, entrenar la movilidad no solo mejora el rendimiento físico, sino que también favorece la calidad de vida y la independencia en los movimientos cotidianos.
Diferencia entre estiramiento, movilidad y flexibilidad
Aunque los términos “movilidad”, “flexibilidad” y “estiramiento” suelen usarse como sinónimos, en realidad hacen referencia a conceptos diferentes, aunque complementarios.
- Flexibilidad: Es la capacidad de un músculo para elongarse y permitir el movimiento de una articulación. Una buena flexibilidad reduce la rigidez y facilita los movimientos amplios y fluidos.
- Movilidad: Implica tanto la flexibilidad muscular como el control neuromuscular y la fuerza articular. Es la habilidad de moverse activamente dentro del rango de movimiento disponible.
- Estiramiento: Se refiere al conjunto de ejercicios destinados a aumentar la longitud muscular o a mantener el rango articular. Puede ser estático (mantener una posición) o dinámico (movimiento controlado).
Comprender estas diferencias permite diseñar rutinas más equilibradas, que trabajen de forma integral la salud del sistema musculoesquelético.
Ejercicios para mejorar tu rango de movimiento
Existen numerosas técnicas y ejercicios que ayudan a aumentar la movilidad y la flexibilidad de manera progresiva. A continuación, se presentan algunas recomendaciones prácticas:
1. Estiramientos dinámicos
Antes del entrenamiento, los estiramientos dinámicos preparan el cuerpo para la actividad física. Incluyen movimientos controlados como círculos de brazos, elevaciones de rodillas, rotaciones de cadera o balanceos de piernas.
2. Ejercicios de movilidad articular
Rutinas específicas como el “cat-cow” (movimiento del gato y la vaca), los giros torácicos o las rotaciones de tobillos ayudan a lubricar las articulaciones y a activar la musculatura estabilizadora.
3. Trabajo con foam roller o automasaje
El uso del rodillo de espuma ayuda a liberar la tensión miofascial, mejorando la circulación y facilitando el movimiento muscular.
4. Estiramientos estáticos post-entrenamiento
Después de la actividad física, mantener estiramientos estáticos durante 20 a 30 segundos por grupo muscular contribuye a la recuperación y al mantenimiento de la flexibilidad.